Origen e historia del Tarot

Durante el recorrido de la historia humana, se han encontrado cientos de intentos por conocer lo que nos depara el futuro. Incluso, como civilización hemos tratado de dar respuesta a esas interrogantes. Y justo ahí, es que encontramos en las cartas del Tarot una relación especial. Esta poderosa y milenaria herramienta, nos permite ver claramente aquello que nos produce dudas. Además, nos muestra a través de sus arquetipos representados en los arcanos mayores, el pasado y el presente. Una práctica que a pesar de los siglos sigue vigente, y que nos ofrece la sabiduría necesaria para afrontar los problemas de la vida. A continuación conozcamos la historia del Tarot.

Primeros esbozos del Tarot

Aunque se dice que los orígenes del Tarot son inciertos, una de las teorías más aceptadas es que proviene de la cultura egipcia. Esto se debe, a que los arqueólogos en sus búsquedas han reconocido dentro de las pirámides las figuras de la baraja en forma de jeroglíficos. Sin embargo, su propagación como tal no sucedió sino hasta el siglo XIII, cuando los mercaderes del Mediterráneo trataban de conectar rutas comerciales entre China, Persia y África. Ellos, fueron los encargados de popularizar los primeros juegos o mazos de cartas en el continente occidental.

El primer mazo fue llamado Mamluk, y estaba organizado en cuatro palos. Sin embargo, los llamados Arcanos Mayores se hicieron famosos en la Italia del siglo XV, en donde evolucionaron hasta ser lo que actualmente conocemos. Entonces, ya por el año 1600 teníamos un quinto palo con 22 figuras arquetípicas cuyo nombre italiano era Tarocchi. En ese entonces, no se les llamaba Arcanos Mayores sino cartas del triunfo. Alemania las llamó Tarock y en Francia finalmente les dieron por nombre Tarot.

El libro de Thot

Court de Gebelin en su libro Le Monde Primitif, afirma que la historia del Tarot definitivamente se remonta a los egipcios y su mágico Libro de Thot. Este autor, estaba convencido de que los 22 Arcanos Mayores estaban descritos en esta obra. Y que la magia de los dioses, hizo posible que se salvara de las llamas de un incendio y diera por muerto el único volumen que existía. Para los egipcios, Thot era el Dios Mercurio rey de las comunicaciones y fue él quien inspiro al pueblo a dibujar estas figuras emblemáticas en ese libro. Según Gebelin, la expansión de las barajas se debe al pueblo gitano.

El Tarot de Marsella

Debido a la llegada del Tarot a Francia, algunos artistas se dedicaron a pulir en detalle la baraja. Sus dibujos son medievales y hacen alusión al arte gótico. Por lo que, es posible que su creación ronde los siglos XV y XVI en la ciudad de Marsella. Sin duda alguna, hoy día es uno de los más apreciados por los psíquicos y quizás el más popular. Esto se debe a lo colorido de sus figuras y a su relación con la civilización humana. Durante los inicios del siglo XX, se realizaron algunos hallazgos en excavaciones hechas al pozo del Castillo Sforza en Milán. En ese lugar, se encontraron los naipes de La Papisa, El Juicio y El Sumo Sacerdote. En forma de símbolos o explícitamente, hoy día podemos notar que en cada arcano del Tarot se encuentran las etapas de la humanidad. Esto lo sabía Phillipe Camoin y actualmente Alejandro Jodorowsky, quien trabaja con representaciones semióticas y arquetipos en todas sus obras.

La historia del Tarot: Misteriosa pero fascinante

Los 22 Arcanos Mayores del Tarot, progresivamente van dando vida a todas las etapas que atraviesan los seres humanos. Desde el nacimiento con la carta del Loco, pasando por La Emperatriz o El Emperador (figuras femenina y masculina respectivamente). Vemos como aprendemos del amor en Los Enamorados y del dolor en La Muerte. Incluso, los cambios drásticos se evidencias en La Torre y los viajes o mudanzas en El Carro. Cada uno de ellas, fueron diseñadas por generaciones de civilizaciones ocultistas de todo el mundo y que hoy en día, son un lenguaje universal.

Poco a poco, fueron naciendo otros tipos de Tarot pero siempre enmarcados en los símbolos de los Arcanos Mayores y los cuatro palos de los Arcanos Menores: copas, oros, bastos y espadas. Así por ejemplo tenemos el más popular que es el Tarot de Marsella, el Tarot Egipcio, La Baraja de Rider, etc. Todas ellas, relacionadas directamente con la astrología, el esoterismo y la cábala. De allí, su poder y fama de herramienta de adivinación se hizo popular.

Las cartas del Tarot

El tarot en la actualidad, sigue compuesto de los mismos 22 Arcanos Mayores, cuyo poder y gran fuerza simbólica describimos a continuación.

• El Loco: Un nuevo comienzo, inocencia. Ir por la vida sin medir consecuencias.
• El Mago: Habilidades para lograr el éxito. Recursos necesarios a la mano.
• La Papisa: Representa a una mujer soltera, la sabiduría y la paciencia.
• La Emperatriz: Símbolo de fertilidad y sabiduría. Matrimonio.
• El Emperador: Representa a un hombre soltero, el poder y el éxito material.
• El Sumo Sacerdote: Es la sabiduría de los años, las reglas a seguir, lo ortodoxo.
• Los Enamorados: Infidelidades. Indecisiones.
• El Carro: Viajes, traslados, mudanzas.
• La Fuerza: Representa la valentía interna. Dominar a través de la inteligencia, no de la fuerza física.
• El Ermitaño: Es la búsqueda de sabiduría en el interior. Introspección.
• La Rueda de la Fortuna: Los vaivenes de la vida. Estar abajo y luego arriba.
• La Justicia: Ley de acción y reacción. Karma.
• El Colgado: Mirar la vida desde otro punto de vista para superar un problema.
• La Muerte: Es la transformación a través del cierre de ciclos dolorosos.
• La Templanza: La armonía y el equilibrio en la vida con moderación.
• El Diablo: Magia negra, malas energías, sexualidad mal llevada.
• La Torre: Salir de la zona de confort. Caída inminente de sueños y metas.
• La Estrella: Embarazo, protección de los astros para cualquier proyecto o relación.
• La Luna: Secretos que salen a la luz, traición.
• El Sol: Matrimonio, protección para la familia y los hijos.
• El Juicio: Pagar acciones mal llevadas en el pasado. Ajuste de cuentas. Dolor y sufrimiento.
• El Mundo: Realización personal y éxito.